Una batería Litio-ión (Li-Ion). En el interior, encontramos dos electrodos de metal o de material compuesto (a base de carbono, por ejemplo), que están inmersos en un líquido conductor (electrolito). El conjunto es lo que llamamos celda. Y la combinación de varias celdas forma la batería.

Cuando ésta es cargada y se le conecta un aparato a alimentar, el circuito eléctrico del conjunto es cerrado. Esto activa una reacción química que provoca la circulación de partículas ionizadas de un electrodo a otro, arrastrando la producción de electrones a los bornes de la batería, es decir la producción de corriente. En cambio, si se conecta un cargador a los bornes de la batería, se produce un proceso químico inverso. Las partículas circulan entonces en la otra dirección, y la batería se recarga.

Así, gracias a la naturaleza reversible de la reacción química, la batería puede alternativamente cargarse o descargarse, lo que la diferencia de una pila simple. Carga y descarga completas forman un ciclo.

Sobre la etiqueta de una batería figuran en general dos valores: la capacidad, expresada en miliamperios-horas (mAh), y la tensión, indicada en voltios (V). Para la tensión, una batería de teléfono móvil fija un valor de 3,6 a 3,7 voltios. Es la tensión media de una celda en una batería Li-Ion. Es insuficiente para alimentar un PC portable, ponemos entonces varias celdas para obtener una batería de tensión más elevada.

Las baterías de iones de litio proporcionan más densidad energética que las baterías de níquel, lo que da lugar a una mayor autonomía de batería en un diseño más ligero, ya que el litio es el metal más liviano que existe. Además, las baterías de iones de litio te permiten hacer recargas cuando te sea más cómodo, sin tener que esperar a que acabe el ciclo completo de carga o descarga que exigen las baterías de níquel para funcionar a pleno rendimiento (con el tiempo se forman cristales en las baterías de níquel, lo que impide la carga completa de las mismas y obliga a tener que hacer una descarga total).

Carga estándar

Gran parte de las baterías de iones de litio utiliza una carga rápida para alimentar tu dispositivo hasta un 80 % de la capacidad de su batería, pasando después a una carga más lenta. Puedes cargar todas tus baterías de iones de litio múltiples veces, aunque no de forma ilimitada, en función del ciclo de carga.

Ciclo de carga. El uso y la carga del 100 % de la capacidad de la batería equivale a un ciclo de carga completo.

Un ciclo de carga supone el uso de toda la potencia de la batería, pero no implica necesariamente una única carga.  Cada vez que completas un ciclo de carga la capacidad de la batería disminuye ligeramente; sin embargo, puedes someter las baterías de tu equipo portátil  a varios ciclos de carga antes de llegar al 80 % de la capacidad original de la batería. Como sucede con otras baterías recargables, es posible que con el tiempo tengas que cambiar tu batería.

¿Cúal es la vida de una batería de litio-ion?
Todas las baterías tienen un desgaste natural debido a las reacciones químicas que suceden en su interior, sino durarían para siempre. En el caso de las baterías de litio una vida de entre 800-1200 cargas es bastante normal. Además el desgaste de la batería es un desgaste progresivo, así que puedes alcanzar las 2000 cargas con un 60% de capacidad. Por ello, tu batería no dejará de funcionar de repente, sino más bien dejará de tener tanta capacidad a lo largo de los años a un ritmo de desgaste del 5-10% por año.

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